¿Sabéis que?

Mi cara al desenvolver el regalo 

El regalo en cuestión

  

Y ahora, pongámonos un poquito serios.

Son muchos los años que llevo dibujando y obrando ilustraciones, tanto digitalmente como a mano. Toda la vida, realmente. El presupuesto que podía invertir, aunque no deba decir que nulo, siempre ha sido muy limitado. No por falta de ganas, si no porque algunas cosas en la vida se ponen difíciles de vez en cuando. Por tanto, mi instrumental y mis herramientas de trabajo siempre fueron precarias, aunque no por ello me dieron malos resultados.

Ahora, como ilustradora, tengo en mis manos una tableta gráfica que acabo de desenvolver hace dos horas, aunque la recibí hace una semana. No tengo mucha práctica, como es lógico, pero está resultando más fácil de lo que creía. 

Aquello que para tantos dibujantes, y no dibujantes, era una herramienta bastante corriente y común de tener, era casi un sueño difícilmente alcanzable para mi. Pero, héteme aquí, felíz cual mapache con galletas.

Ahora, si me dispensáis, tengo una asombrosa cantidad de dibujos que hacer. Amor a todos.