El diseño de las criaturas me ha parecido siempre un trabajo muy importante que uno no debe dejar expuesto a pautas básicas y comunes para salir del paso.
Existen unos monstruos específicos cuya apariencia aun no tengo del todo clara. Aunque me gustan mucho los dinosaurios y los kobolds, se trata de un diseño del que siempre he renegado.
Hablo de los Guardianes de Rabaldgar. Algunos ya los conocen pero solo mediante la idea mental otorgada por textos sueltos. El caso es que desde el primer momento que empece a escribir sobre ellos me los imaginaba totalmente asimétricos. Deformes, como si su apariencia física fuera una cosa casual y espontanea. De hecho la forma que tienen de nacer es la misma que la de los cristales y minerales, una extensión sintomática de una cadena de explosiones, variaciones y combinaciones aleatorias.
Mi primer monstruo guardián fue el árbol. Hice un boceto sin caja de estructura previa y evidentemente no es la forma definitiva, pero se acerca bastante a lo que yo me imaginaba.
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